Aquí están!
Mis queridos buñuelos de cuaresma un dulce tradicional que me vuelve loca!!
En Cataluña los solemos comer en ésta época pero vamos que se pueden hacer todo el año. Casi siempre sigo las tradiciones y como aún estamos en los 40 días antes de semana santa (la cuaresma, de ahí viene el nombre) pues tenia mono de ellos y también quería probar de hacer la receta que aprendí en la escuela en casa. Confieso que cuando los hicimos en clase, hace ya semanas, me comí unos cuantos bastantes hahaha... si es que me pierden!
Quedan muuuuuy esponjosos y con un sabor increíble... es la mejor receta de buñuelos que he probado y puesto en practica en mi vida... lo juro! Y como podéis ver no es nada complicada así que os animo a hacerla :)
Para la masa
250 gr de harina de media fuerza (125 gr de harina floja + 125 gr de harina de fuerza)
35 gr de azúcar
30 gr de levadura fresca de panadero
5 gr de sal
Ralladura de un limón
Una pizca de canela en polvo
3 yemas de huevo
110 gr de leche entera
35 gr de mantequilla fría
5 gr de matalahúga
Echamos la harina en el bol de nuestra maquina junto con el azúcar a un lado, la levadura a otro lado, la sal a otro lado, la piel de limón y la pizca de canela y empezamos a mezclar con el gancho.
Añadimos las yemas y la leche y seguimos amasando.
Añadimos la mantequilla cortada en daditos, poco a poco para que la vaya absorbiendo bien, cuando la masa no se nos pegue en los dedos seguimos amasando hasta que haga tela. OJO! la masa será siempre un poco pegajosa así que ni se os ocurra echar mas harina!!!!
Finalmente cuando haga tela añadimos la matalahúga y amasamos un par de minutos mas.
Boleamos la masa y la tapamos con papel film 15 minutos.
Forramos una bandeja con papel film y la engrasamos con un poco de aceite de girasol.
Espolvoreamos un poco de harina sobre la superficie de trabajo para evitar que la masa se enganche (pero poca eh!!! no pongáis un porrón de harina), dividimos la masa en dos y hacemos un churro con cada una. De cada churro iremos cortando porciones de 20 gr para que todos los buñuelos sean del mismo tamaño así evitaremos problemas a la hora de freír.
Boleamos cada bolita de 20 gr y la vamos depositando sobre la bandeja engrasada dejando separación entre cada una ya que luego van a crecer.
Las dejamos reposar, tapadas con papel film, en algún lugar cálido 45 minutos.
Ponemos aceite de girasol en un cazo y cuando llegue a 170ºC (necesitareis un termómetro de cocina) empezamos a freír los buñuelos. Antes de echar la bolita en el aceite caliente le haremos un agujero en el centro, siempre antes de echarla nada de dejar las bolitas con el agujero hecho que os pueden quedar mal. Y recordar de ir regulando la temperatura del aceite, lo ideal es que este entre 140ºC - 170ºC.
Freímos hasta que estén bien doraditos. Los retiramos sobre papel absorbente para que absorba bien el exceso de aceite y los rociamos con anís del mono. Los rebozamos por azúcar mientras estén aún calientes y dejamos enfriar por completo.
Listos!!
En mi casa son un peligro... nos los comemos como si fueran pipas ¡hahaha! por eso solo hago una vez al año que sino...
Espero que os hayan gustado, que los hagáis (sobretodo eso!!) y feliz fin de semana :)