viernes, 30 de junio de 2017

Zebra Sponge Cake (Bizcocho japonés)





Hello de nuevo 👋  😊

Hoy os traigo la receta de este bizcocho japonés que es una maravilla. Es super tierno y blandito, es como comerse un trozo de nube ¡OS LO JURO!

Este tipo de bizcocho es llamado "Ogura" y se cuece con vapor (de ahí a que sea tan tierno y esponjoso), el nombre en japonés significa "enamorado" y dicen que es un típico apellido.

Me gusta mucho la pastelería japonesa y este tipo de bizcocho es uno de los mejores que he preparado y probado. Su elaboración es muy sencilla y sinceramente merece la pena hacerlo así que tú el que me está leyendo ahora mismo, tira para la cocina y prepara uno y si te faltan ingredientes tira hacia el supermercado más cercano que tengas que allí lo encontrarás todo!

No, en serio... os va a enamorar y robar el corazón a la misma vez.

Aquí os dejo con la receta 😋



Para la masa

6 yemas de huevo
50 gr de azúcar
100 ml de aceite de maíz (o girasol)
150 ml de leche entera
2 cucharaditas de extracto de vainilla
190 gr de harina de repostería

En un bol echamos las yemas junto con el azúcar y mezclamos con unas varillas. Añadimos el aceite, la leche y el extracto de vainilla, volvemos a mezclar. Tamizamos la harina y la añadimos, en dos veces, a la mezcla mezclando hasta que se integre por completo.

Reservamos.










Para el merengue

6 claras de huevo
1/2 cucharadita de cremor tártaro (o zumo de limón en su defecto)
100 gr de azúcar

Y además
2 cucharadas de cacao en polvo sin azúcar


Echamos las claras en el bol de nuestra máquina junto con el cremor tártaro y empezamos a montar con las varillas a velocidad media. Cuando empiecen a espumar añadimos el azúcar poco a poco, dejándolo caer en forma de lluvia. Subimos la velocidad y montamos hasta obtener un merengue firme.

Echamos un par de cucharadas de merengue sobre la masa reservada de antes y empezamos a mezclar con movimiento envolventes con una lengua de cocina. Seguimos así hasta acabar con todo el merengue y obtengamos una masa esponjosa y homogénea. 

Dividimos la masa por la mitad y en una añadimos el cacao en polvo tamizado. Mezclamos con unas varillas poco a poco para evitar que se baje la masa.

Precalentamos el horno a 150ºC con ventilador. 











Preparamos nuestro molde forrado con papel sulfurizado (aconsejo utilizar un molde que NO sea desmontable porque se os puede estropear a la hora de desmoldar, os lo aseguro porque me ha pasado haha). Mi molde es cuadrado (24 x 24 cm) pero queda igual de bonito en uno redondo de 22 x 10 cm. 

Echamos en el centro de la base del molde 3 cucharadas de la masa normal, luego, añadimos en el centro de la masa 2 cucharadas de la de chocolate y así hasta acabar con ambas. De esta forma conseguiremos el estampado zebra. Si no os gusta ir echando cucharadas podeis meter cada masa en una jarra o vaso.

Damos un par de golpes secos al molde sobre la encimera para quitar el exceso de aire y colocamos el molde sobre una bandeja de horno honda y echamos en ella un dedo de agua. 

Bajamos la temperatura del horno a 130ºC (con ventilador, no os olvidéis) y horneamos 60 minutos. 







Para saber si está listo, pasada la hora, pinchamos con un palillo y si sale limpio está perfecto. Apagamos el horno y sin abrir la puerta dejamos el cake dentro unos 15 minutos o hasta que la temperatura del horno haya llegado a los 50ºC (necesitareis un termómetro de horno) esto es para evitar que se hunda del centro y se arrugue, creerme que pasa porque la primera vez que lo hice me salió horrible y todo por no dejarlo reposar ahí dentro 😓  .







Transcurrido el tiempo, sacamos del horno y damos un par de golpes secos al molde para facilitar el desmoldado. Desmoldamos con mucho cuidado, ya que es muy blandito y se puede romper fácilmente, y lo dejamos enfriar completamente sobre una rejilla.

A la hora de servir lo podéis decorar con lo que querais, yo le he puesto azúcar glacé por encima, pero si os gusta chocolateado podéis bañarlo en chocolate negro y ahí ya moriréis de placer 😍  .










Espero que os haya gustado, muchas gracias por seguirme y leerme y nos vemos en el proximo post!

Un beso, mmmmuuuaaaa! 😘





miércoles, 21 de junio de 2017

Coca de San Juan (o Larpeira gallega)






Hello de nuevo!! 😄

El viernes se celebra la verbena de San Juan y desde que abrí el blog (hace ya 5 años, madre mia... 😅) no había compartido aun con todos vosotros una señora receta de una señora coca de San Juan! Así que ya no tenéis excusa para no poder prepararla porque es tan sencilla de hacer que cualquiera la hace 😉 .

Aprovechando que hace un par de semanas adquirí el primer libro de Cristina de el blog Kanela y Limón y ojeando lo maravilloso que es, vi la receta de esta coca y me entró por lo ojos nada más verla por como estaba elaborada y decorada.

La idea de hacer mini bolitas con la masa y colocarlas todas en un molde me gusto mucho, aunque, la masa es un poco diferente a la que yo estoy acostumbrada hacer pero es igual de buena. De hecho no la he seguido al pie de la letra como la explica Cristina...  más bien la he amasado como aprendí en la escuela de pastelería y el resultado es igual, consigues una masa lisa y elástica.
Si no encontráis azúcar perlado podéis ponerle azúcar humedecido (azúcar + 2 cucharadas de agua) y queda igual de bonita.

Totaaaaal... no me enrollo mas y aqui os dejo con la receta 😁 !









Para la masa

400 gr de harina de fuerza
13 gr de levadura fresca de panadería
40 gr de azúcar
6 gr de sal
Ralladura de 1 limón
2 huevos M
90 ml de leche entera a temperatura ambiente
50 ml de licor de anís
60 gr de mantequilla (o manteca de vaca) a temperatura ambiente

En el bol de nuestra máquina echamos la harina, la levadura desmenuzada a un lado, el azúcar a otro lado sin que toque la levadura (parecera una tonteria pero es importante que no se toquen entre ellos ninguno de los ingredientes antes de empezar a mezclar, es una técnica que aprendí en la escuela de pasteleria), la sal a otro lado y la ralladura de limón a otro lado. Empezamos a mezclar con el gancho.

Podéis hacerla también a mano sin ningún problema pero tener en cuenta que tardareis un poquito mas. La cuestión es hacer músculo hahaha.

Echamos los huevos, uno a uno, mientras seguimos mezclando y a continuación la leche y el licor de anís. Mezclamos unos 8 - 10 minutos hasta que obtengamos una masa lisa y elástica.

Comprobamos la elasticidad de la masa (tiene que tener tela) y a continuación, echamos la mantequilla poco a poco en daditos muy enanos hasta finalizar con ella. Mezclamos unos 5 -6 minutos hasta que la mantequilla se haya emparejado bien con la masa y obtengamos una masa lisa, elástica y poco pegajosa en las manos.

Sacamos la masa del bol, boleamos un poco y la dejamos reposar sobre la encimera 15 minutos tapada con un paño o papel film.

De mientras preparamos nuestro molde forrado con papel sulfurizado. He utilizado un molde cuadrado de 24 x 24 pero la podéis hacer como queráis. Yo la he hecho como en el libro porque me hizo gracia y es diferente a lo que solemos ver de una coca de san juan.

Pasados los 15 minutos, destapamos la masa, boleamos de nuevo un poco y dividimos la masa en porciones de 25 gr. Formamos bolas con cada porción de masa y las colocamos de forma ordenada dentro del molde. No hace falta que esten muy separadas entre ellas, dejar un mini espacio muy ligero. Tapamos el molde con un paño húmedo y dejamos fermentar hasta que doblen su volumen. Esto dependerá de la temperatura ambiente y etc... aunque con este verano tan horrible que tenemos fermentaran bien rápido. A mi me tardaron 1 hora exacta de reloj.








Para la crema pastelera

500 ml de leche entera
100 gr de azúcar
1 pizca de sal
1 vaina de vainilla bourbon (o rama de canela)
La cáscara de 1 limón
4 yemas de huevo
40 gr de maizena
40 gr de mantequilla 

Mientras fermenta haremos la crema pastelera.
De los 500 ml de leche, separamos 125 ml para luego.
Echamos la leche dentro de un cazo, abrimos la vaina de vainilla por la mitad y con una puntilla raspamos para sacar la pulpa de su interior y lo echamos todo dentro del cazo (la vaina tambien). Añadimos el azúcar, la pizca de sal y la cáscara de limón. Ponemos al fuego a calentar pero sin que llegue a hervir, osea, tenemos que vigilar que solo esté caliente.

En un bol a parte mezclamos con unas varillas la leche guardada de antes con la maizena para que se disuelva bien. Echamos las yemas y volvemos a mezclar.

Retiramos de la leche caliente la vaina de vainilla y la cáscara de limón. Echamos la mezcla de maizena sobre la leche caliente, poco a poco, sin dejar de mezclar con las varillas hasta que espese y hierva. Retiramos del fuego y seguidamente echamos la mantequilla, mezclamos hasta que se funda por completo.

Pasamos la crema a un recipiente resistente al calor y grande (yo siempre la dejo enfriar en un tupper de cristal), tapamos a contacto con papel film (que toque la crema) para evitar que se forme una costra y dejamos enfriar. Yo lo que suelo hacer para que enfríe más rápido es meter el tupper en otro recipiente con un poco de agua fría.








Para la decoración

1 huevo batido
Azúcar humedecido o perlado
Cerezas confitadas (o la fruta que queráis)

Una vez la masa haya doblado su volumen, pintamos con huevo batido y metemos la crema en una manga pastelera con una boquilla redonda lisa. Hacemos tiras en vertical y horizontal tapando las uniones de las bolas de masa.

Decoramos con las cerezas confitadas y el azúcar humedecido y metemos en el horno precalentado a 180ºC con calor arriba y abajo unos 25 - 30 minutos o cuando adquiera un bonito tono dorado.












Para el almíbar

60 ml de agua
60 ml de licor de anís
60 gr de azúcar

Mientras se hornea preparamos el almíbar, es tan fácil como echar por orden todos los ingredientes a un cazo y dejar hervir, a fuego medio, hasta que el azúcar se haya disuelto (unos 3 minutos aproximadamente). 

Cuando esté lista la coca, la sacamos del horno y pincelamos con el almíbar. La dejamos enfriar completamente sobre una rejilla.














Espero que os haya gustado, muchas gracias por seguirme y leerme y nos vemos en el próximo post.
Un beso! 😘







viernes, 16 de junio de 2017

Cookies de aceite de oliva y chocolate negro





Buenos días!!! 😄

Estoy de vuelta con unas cookies que os dejaran sin palabras de lo especiales que son!
Lo sé... con estas calores mortales (si, si aqui en Andorra también hace y muuuucha 😓 ) no apetece encender el horno, pero si de verdad eres como yo te importa un rábano la calor y con dos coj**nes horneas! Eso si... luego tengo que aguantar a mi novio quejándose de la calor que hay en casa pero jolin bien que le gusta probar mis improvisaciones 😅 .







Exacto, estas galletas las improvise el otro dia en casa por culpa de una tableta de chocolate del 70% (mi favorito forever!!!) que tenía muerta de asco en la despensa. Así que me puse manos a la masa y me acordé que hace ya meses leí en un blog de una chica inglesa que ella cuando hace cookies les pone, a parte de harina floja, harina de fuerza para que queden más crujientes y no se aplanen. Así que yo con mi arte pastelero me puse a ello y aqui teneis el resultado ✌ . 

Unas galletas brutalmente crujientes por fuera y por dentro! El toque de la sal en escamas me gusta ponerlo sobretodo cuando la receta lleva chocolate negro porque potencia mucho su sabor y es 💜 .

Y nada más, espero que os gusten y... LET'S GO WITH THE RECIPE! 







Para la masa
(para 12 galletas aprox.)

140 gr de azúcar moreno
50 gr de azúcar blanco
85 ml de un buen aceite de oliva virgen extra suave
2 huevos M
2 cucharaditas de extracto de vainilla
300 gr de harina floja
50 gr de harina de fuerza
1 cucharadita de levadura química Royal
1/2 cucharadita de bicarbonato
3/4 cucharadita de sal
180 gr de chocolate negro 70%
Sal en escamas








Precalentamos el horno a 180ºC con calor arriba y abajo y preparamos un par de bandejas de horno con papel sulfurizado.
Tamizamos las dos harinas junto con la levadura, el bicarbonato y la sal. 
Troceamos el chocolate al gusto. 
Reservamos todo.

En un bol mezclamos el aceite con los dos azúcares. Añadimos los huevos, uno a uno, y el extracto de vainilla y mezclamos hasta que se integren.

Añadimos a la masa las harinas tamizadas de antes y mezclamos hasta obtener un masa nada pegajosa.
Por último, incorporamos el chocolate negro troceado y mezclamos un par de minutos más.








Cogemos porciones de masa, yo lo que siempre hago para que queden iguales es coger la masa con una cuchara de helado, y las depositamos sobre la bandeja dejando un poco de separación entre ellas. No hace falta dejar mucho espacio porque apenas se expande, la masa es un poco seca así que no os asusteis si queda así porque es la gracia de estas galletas, además se trabaja muy bien con ella. 








Una vez esten todas las galletas depositadas en la bandeja, con la mano las aplanamos un poco porque dentro del horno no lo harán por lo que os comentaba antes sobre la masa. Espolvoreamos por encima un poco de sal en escamas para potenciar el sabor del chocolate y darle un toque especial.

Horneamos a 180ºC unos 12 - 15 minutos o hasta que los bordes esten ligeramente dorados. No os paseis con el horneado porque se os pueden quedar como una piedra en un abrir y cerrar de ojos. Estas galletas no son como las típicas cookies americanas blanditas, si se hornean bien quedan muy crujientes estilo a las chips ahoy.








Una vez horneadas, sacamos del horno, dejamos reposar 5 minutos en la bandeja. Seguidamente las traspasamos a una rejilla para que enfríen del todo.









Y es todo por hoy!

Muchas gracias por seguirme y leerme y nos vemos en el próximo post!

Un beso, mmmmuuuaa 😘 .







Notas*


  • He utilizado una cuchara de helado de 5 cm de diametro, tener en cuenta que si la cuchara es más grande o más pequeña el tiempo de horneado será diferente.
  • Utilizar el mejor aceite de oliva que conozcais y que tenga notas frutales, eso si, que sea suave.
  • La masa es bastante dulce y al poner un chocolate negro bien potente (70%, 80% o 90%) es una combinación perfecta.

  • Estas cookies aguantan perfectamente 2 semanas guardadas dentro de un tupper.